Primera edición, 2013, 48 páginas, edición y diseño del autor, agrupa en orden  cronológico 38 sonetos publicados e inéditos. Segunda edición, 2017, 60 páginas, edición Libros AC, diseño del autor, agrupa en orden cronológico 49 sonetos publicados e inéditos. Al final tiene un apéndice sobre los orígenes, la estructura, la rima y el contenido del soneto clásico. Ambas ediciones impresas en BiblioGráficas, San Juan, PR.

 

       Selección de SONETOS


 

           FUGAZ 

 

Ella se va, se acaba, como en sueño, 

fluyendo en el azogue de sus piernas

hasta llegar al borde del abismo

para caer en él, sin darse cuenta.

 

Ella se va, se pierde, como un ave

que vuela más y más en línea recta

hundiéndose en el cielo hasta volverse

un punto distanciado de la tierra.

 

Ella se va, la apura la distancia,

a cada instante se hace menos ella,

dejándome las manos detenidas

 

a mitad del dolor, palmas abiertas,

y el corazón trepándome en el pecho

como una rata ahogándose en su cueva.


EPITAFIO

Cuando me tumbe y caiga bajo el suelo
y digan que viví siempre soñando,
algunos hallarán que me fui dando
canto a canto a la vida, sin recelo.

No pudo más, dirán, porque su anhelo
por todas partes se iba dispersando.
Demasiados caminos fue encontrando.
Demasiadas estrellas vio en el cielo.

Pero alguien ha de ver mi amor completo
al contemplar aquí la parca y fría
silueta articulada, el esqueleto

que, erguido en esta tumba, todavía
deja colar entre su hueso prieto
la extinta luz que me alumbró este día.

                                          44 POEMAS 1969

 

        CEREBRACIÓN DE VICIONARIO

¡Cuánto tiempo detrás del imperfecto
telescopio, atisbando, el bardo espera
para captar la forma pasajera
de la bella desnuda! Si defecto

del instrumento empaña, si hay efecto
de mala o poca luz, si la barrera
de una persiana estorba, lo supera
con la imaginación de su dialecto.

Fisga el vate los altos ventanales
de otros mundos distantes, edificios,
para darte visiones, beneficios

allende tu moral y tu miopía.
Venus nace en Santurce y la poesía,
a veces, de los vicios más banales.

                                        CONFINES PELIGROSOS 1985

 

        IN MEMORIAM

                                (a Josefina Guarch)

No sé por qué me empeño en tu presencia
ni por qué me entristece recordarte,
si más de lo que amé no puedo amarte,
si aún te siento viva en mi conciencia.

Sólo consigo exacerbar tu ausencia,
y el deseo de verte y escucharte,
aguardarte, abrazarte, acompañarte...
y agotar mi salud y mi paciencia.

Resurge la orfandad apabullante
como un buche de sangre que se traga
para que asuste menos al sangrante,

que al fin ha de morir con esa llaga,
no importa lo que piense, lo que haga,
ni la vida que tenga por delante.

                                        RAZONES DE ENVERGADURA 1995


        OCTUBRE

A mi lado la silla está vacía,
vacío el corazón de ausencia lleno:
su ausencia palpitante, mi veneno,
veneno de mi noche y de mi día.

Cuánta felicidad, cuánta alegría
en la esperanza caben. Cuán sereno
pasaba por la vida. Cuán ajeno
este vacío entonces parecía.

Fiel amiga de duros entendidos
mi soledad bromista, al conocerla,
todo su espacio le cedió. Al perderla

los vívidos recuerdos revividos
no me dejan vivir. Y vivo a ultranza,
sin amor, sin humor, sin esperanza.

                                    POEMAS DE LA BESTIA 1999

 

        INVITACIÓN 

 

Este librito que legó la suerte, 

más que por bien por malaventurado,

ha caído en tus manos, resignado

lector que esperas en su espejo verte.

 

Lée despacio. Busca conmoverte

repasando el camino más trillado.

Busca sentir de nuevo lo olvidado

que entonces te dio vida y te dio muerte.

 

Hoy, que no sientes nada, que caminas

por tu existencia tibia y pasajera

entregado a automáticas rutinas,

 

despierta, aunque al dolor. Lo que te espera

es el recuerdo de tu amor en ruinas.

Déjate devorar por su quimera.

 

        IMPERFECTO

Fruta es su corazón, amarga y huera,
por una costra dulce abrillantado,
armadura vidriosa que agujera
el memorioso diente del pasado.

Es la rata de viejos desconsuelos
que en soledad su prole multiplica.
Le tiende en vela su razón señuelos
que dormido su sueño descomplica.

Mientras tanto, más triste que contento,
deambula por la vida con las manos
en los bolsillos de su sentimiento,

creyendo que sus juegos cotidianos
con las palabras que aprendió de niño
recompensan la falta de cariño.

                                    ABRAZOS PARTIDOS Y OTROS POEMAS 2003

 

               A MI PADRE

En sus ojos apenas ilumina
el sol que todos vemos. En su mente
hay neblinas que borran lo reciente,
y dejó de ejercer la medicina.

Su paso ya no es firme. Su rutina
está disminuida. Es más silente
la marcha de sus días. A la gente
no escucha bien, ni al pájaro que trina.

¿Qué escuchará su corazón en esa
silenciosa quietud de su penumbra?
¿Qué luz sus pensamientos hoy alumbra?

¿Aguarda todavía una sorpresa
que no sea la muerte presentida?
¿Adónde, entonces, dirigir la vida?

                                                    MIENTRAS TANTO 2012

        AGUAFUERTE

Deambulo por calles descosidas
entre muertos que van pero no vienen,
reconociendo rostros que retienen
destellos de otros tiempos y otras vidas.

Junto a ciegos sonámbulos suicidas
que gambetean pero no entretienen
doy pasos suaves para que no suenen
por anchas y encharcadas avenidas.

Veteado muaré levanta vuelo,
–triángulo de tordo terciopelo–
una noctuela oculta en su reposo.

Cesa la lluvia, se dibuja el oso,
filo de cimitarra rasga el velo
y en otro suelo estoy, en otro cielo.

                                                            (INÉDITO)


        SONNET FOR STEVENS 

 

The setting sun behind a stand of elm 

in late November is a sobering sight,

and doesn’t need a flock in raucous flight

of blackbirds, night in tow, to overwhelm.

 

The blazing sun is blinding, but not warm,

and blares its fiery fanfare without sound.

It doesn’t need those cawing westward-bound

blackbirds towing the night to outperform.

 

There’s intimation here of death and hell

where the condemned atone in monotones.

I feel it in the dryness of my bones

still camouflaged by flesh I once knew well.

 

Breeder of blackbirds, listen to their cries.

Tomorrow they’ll be back to peck your eyes.

 
 

          URGENTE AMOR 

 

Urgente amor que maltratados dejas 

a inquietos corazones clandestinos.

Vas dejando tu sangre en los caminos

que la vida te impone como rejas.

 

Amor urgente que jamás te quejas

por no avivar rescoldos asesinos,

porque sabes que en todos los destinos

tuyo hay uno sin sol ni candilejas.

 

Vives por no morir pero no vives,

pues de ti está mi dicha separada

y sin ella lo poco que recibes

 

no compensa la pena que padeces.

Y no puedo olvidarte porque creces,

urgente amor, aunque trocado en nada.

 


APÉNDICE: EL SONETO

        El soneto es una composición poética de estructura fija compuesta por catorce versos endecasílabos (versos de once sílabas cada uno) sujetos a una división en cuatro estrofas (dos cuartetos seguidos de dos tercetos), a una estructura rítmica y a un patrón de rima determinados. Se ha dicho que con el soneto nacen el pensamiento moderno y la literatura moderna porque tiene el propósito introspectivo de explorar la conciencia y los conflictos internos del poeta. Es la primera forma poética destinada a leerse en silencio, sin declamarse ni musicalizarse.
 

ORÍGENES Y DESARROLLO

        El soneto fue creado a comienzos del Siglo XIII en Sicilia por Giacomo da Lentini (¿1210-1260?) ya con sus dos cuartetos y dos tercetos. De Sicilia pasó a Italia central donde fue cultivado por los poetas del dolce stil nuovo: Guido Guinizzelli (1240-1276), Guido Cavalcanti (1259-1300) y Cino da Pistoia (1270-1336), entre otros. En el Siglo XIV son muy importantes los sonetos amorosos de Dante Alighieri (1265-1321) dedicados a su amada Beatrice Portinari y recogidos en su libro Vita Nuova. Pero el sonetista más influente de esa centuria es Francesco Petrarca (1304-1374), en cuyo Canzioniere el soneto se revela como la estructura más adecuada para expresar el sentimiento amoroso. Por influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de las literaturas europeas.

        El primer intento documentado de adaptar el soneto a la lengua española es obra de Iñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana (1398-1458), con sus cuarenta y dos sonetos hechos al itálico modo. Juan Boscán (1492-1542), conocedor de las formas poéticas italianas, animó a sus amigos Garcilaso de la Vega y Diego Hurtado de Mendoza a escribir sonetos. El soneto español no ha variado su estructura que continúa siendo la creada por da Lentini y consagrada por Garcilaso de la Vega (1501-1536). No obstante, sus temas son muy variados, desde el amoroso al satírico, pasando por los morales y metafísicos

        El soneto ha sido cultivado por los principales poetas de lengua hispana, tales como Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Calderón de la Barca, Sor Juana Inés de la Cruz, Fray Luis de León, Juan Ramón Jiménez, Octavio Paz, César Vallejo, Jorge Luis Borges, entre otros.
 

CONTENIDO

        Aunque la distribución del contenido del soneto no es exacta, la tradición favorece el siguiente patrón: El primer cuarteto presenta el tema del soneto y el segundo cuarteto lo amplifica o lo desarrolla. El primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión o con un sentimiento, en ambos casos, desatados por los versos anteriores.

        De esta manera, el soneto presenta una introducción, un desarrollo y, en el último terceto, una conclusión que de algún modo da sentido a todo el poema.
 

RIMA

        La rima es uno de muchos recursos poéticos y no es el más importante. La poesía no tiene necesariamente que rimar, sin embargo, en el soneto la rima es requisito.
 

HAY DOS TIPOS: LA CONSONANTE Y LA ASONANTE.

        En la rima consonante (también llamada perfecta) hay coincidencia de vocales y de consonantes a partir de la última vocal acentuada (tónica). EJEMPLOS: silla y milla; desierto y muerto; España y hazaña; tónica y sinfónica; coral y penal; etc.

        En la rima asonante (también llamada imperfecta) sólo coinciden las vocales a partir de la última vocal acentuada (tónica). EJEMPLOS: escama y pala; hierro y dejo; misa y recita; losa y remota; estábamos y rábano; etc.

        En el soneto clásico la rima es consonante (perfecta) siempre. En los cuartetos, la rima sigue un orden preestablecido: siempre riman el primero y cuarto verso, y el segundo y tercer verso así: ABBA-ABBA. En los tercetos la rima es variable. Combinaciones usuales son: CDC-CDC; CDC-DCD; CDE-CDE; CDE-DCE; CDD-CEE.

        Cualquier combinación en los tercetos es válida siempre que no se deje un verso sin rimar.

ESTRUCTURA

ESTROFAS

RIMAS*

XXXXXXXXXXX A A A A
XXXXXXXXXXX B B B B
XXXXXXXXXXX B B B B
XXXXXXXXXXX A A A A
         
XXXXXXXXXXX A A A A
XXXXXXXXXXX B B B B
XXXXXXXXXXX B B B B
XXXXXXXXXXX A A A A
         
XXXXXXXXXXX C C C C
XXXXXXXXXXX D D D E
XXXXXXXXXXX E C D D
         
XXXXXXXXXXX C D C D
XXXXXXXXXXX D C E E
XXXXXXXXXXX E D E C

* La combinación de rimas en los tercetos varía. Las que se muestran son usuales.

RITMO O ACENTO DEL VERSO

        El patrón rítmico del verso endecasílabo clásico se determina por los acentos rítmicos del verso. Estos acentos caen, principalmente, en la cuarta y octava sílabas del verso, o en la sexta sílaba del verso. En el llamado endecasílabo de gaita gallega, poco usado, los acentos caen en la primera, cuarta y séptima sílabas. La sílaba acentuada (tónica) de las palabras importantes del verso debe coincidir con los acentos rítmicos del verso.

        A menudo, el acento en las palabras importantes determina el patrón rítmico del verso.
 

ACENTOS USUALES DEL ENDECASÍLABO

En las sílabas 4ta, 8va y 10ma: XXXXXXXXXXX
        Ejemplo: "este librito que le la suerte"

En las sílabas 6ta y 10ma: XXXXXXXXXXX
        Ejemplo: "empieza a masturbarse, muy despacio"

En las sílabas 2da, 6ta y 10ma: XXXXXXXXXXX
        Ejemplo: "si aun llega su belleza y su dulzura"

En las sílabas 4ta y 10ma: XXXXXXXXXXX*
        Ejemplo: "más que por bien, por malaventurado"
                    * (Llamado endecasílabo provenzal.)

En las sílabas 1era, 4tan 7ma y 10ma: XXXXXXXXXXX**
        Ejemplo: "vengo de lejos buscando el amor"
                    ** (Llamado endecasílabo de gaita gallega, se usa poco.)
 

EL SONETO INGLÉS O ISABELINO

        Se llama así por haberse originado durante el reinado de Isabel I de Inglaterra. Aunque también tiene catorce (14) versos, se distingue del soneto clásico porque se compone de tres (3) cuartetos (serventesios) y un pareado (estrofa de dos versos que riman entre sí). Un serventesio es un cuarteto donde rima el primer verso con el tercero y el segundo con el cuarto. El patrón de rima del soneto inglés es el siguiente: ABAB-CDCD-EFEF-GG.

        El verso inglés no se mide en sílabas sino en pies, que son diversos grupos de sílabas largas (acentuadas) y cortas (no acentuadas). Este concepto viene de la poesía grecolatina de la antigüedad clásica.

        Los "pies" pueden ser: yambos, trocaicos, dactílicos, espondaicos o anapésticos, según sus ritmos diferentes.

        El introductor del soneto en Inglaterra fue Thomas Wyatt (1503-1542), traductor de Petrarca y autor de unos treinta sonetos propios. Henry Howard, conde de Surrey, inició la transformación de la estructura tradicional del soneto, heredada de Petrarca, preparando la aparición del soneto inglés, cuyo primer representante importante es William Shakespeare (1564-1616). El verso más usado en sus obras de teatro es el pentámetro yámbico (que consta de 5 yambos) y es también el de sus sonetos.

 


 

 

Hjalmar Flax:
 

SONETOS (2ª edición revisada) y FIFTY-ODD POEMS

 

Presentación de Mercedes López-Baralt

Librería Libros AC, Santurce

jueves 2 de junio de 2017

 

            Muy buenas noches a todos. Es obvio que muchos de los aquí reunidos conocemos al poeta que celebramos hoy, por lo que seré breve al presentarlo, para poner el acento en sus dos libros que acaban de ver la luz. Pero sí debo empezar recordando algo que lo caracteriza: su trabajo sin pausa, que tras los nueve libros incluidos en su Obra breve del 2009 (evidentemente el título no es exacto), ha producido Mientras tanto, Sonetos y Penultimátum. Hoy nos ofrece una versión renovada de sus Sonetos, y un libro inédito, en inglés: Fifty-Odd Poems. Lo que me hace recordar una anécdota que quiero compartir con ustedes. Hace años, cambiando canales en la tele, me topé con una entrevista que le estaban haciendo a un gran amigo, el distinguido psiquiatra puertorriqueño Efrén Ramírez. Y cogí el programa justo en el momento en que el entrevistador le hacía la gran pregunta de la noche: "¿Qué es la salud mental?" Sin pestañear, Efrén contestó: "La salud mental es tener proyectos". Respuesta inmejorable, porque un proyecto constituye una declaración jurada de fe en el futuro. Lo que refuta el famoso refrán "De poetas y locos todos tenemos un poco", que propone la equivalencia entre poesía y locura. Porque la sabia sentencia de Efrén Ramírez proteje a los poetas prolíficos. ¡Te salvaste, Hjalmar! Yo, de paso, alegremente cojo pon contigo, porque tan tan como tan tan en cuanto a no parar de escribir.

            Ya con carnet de cuerdos los dos, practiquemos un ratito la solemnidad. Y es que estamos hablando de un poeta que ya ha accedido al canon en nuestro país. El laureado poeta mexicano Hugo Gutiérrez Vega celebra en este poeta “complicadamente sencillo”, su “paciente antirretórica” y la melancolía de su humorismo. Nuestro cronista mayor, el novelista Edgardo Rodríguez Juliá, afirma que “Hjalmar Flax inaugura senderos por bosques ya explorados; ¿qué más se le puede pedir a la buena literatura?”. También dice que si el neorromanticismo de Neruda concibió la poesía como mural, el intimismo de Hjalmar la concibe "como miniatura que nos revela la infinita extrañeza del mundo”. Para el ensayista Julio Marzán, en sus versos escuchamos “la voz del Macho Camacho ya cansado de tocar su guaracha y luego de varias sesiones de sicoterapia”. Por su parte, el poeta José Luis Vega señala: “En el centro de la escritura irónica de Hjalmar Flax se instala la sospecha, la imposibilidad de creer, sin más, en las fábulas del mundo... Así, sin ilusiones y sin consolaciones mayores, el poeta urde su respuesta ética ante la opacidad de un mundo que no tiene otra esperanza que la que pueda nacer de la propia imperfección... Ante tal desligamiento, Hjalmar hace del lenguaje su patria fundamental. Allí se instala y ampara. En sus versos hallamos el más agudo conceptismo de la poesía puertorriqueña”. Y la crítica literaria Carmen Dolores Hernández afirma que este poeta lúcido y  lúdico ha llegado a una cima que solo alcanzan los pocos que se han entregado de lleno a tan exigente oficio.

            Por mi parte, puedo decir que llevo conversando, por más de cinco décadas y desde antes de la publicación de su primer libro, con los versos de Hjalmar  Flax. Desde que nos deslumbró a mi hermana Luce y a mí, en aquellas tertulias de nuestros años universitarios en la calle Alhambra de Hato Rey, tanto desde el teclado (había compuesto una melodía misteriosa, encantatoria) como desde la palabra, con un conmovedor poema de ecos darianos, que comenzaba: "He aquí lo fatal". Para nuestra desgracia, la melodía y el poema ya sueñan en el pozo del olvido. Pero sirvieron como heraldos de lo que comenzaría poco después. Desde entonces mi admiración por su obra me ha convertido en madrina sucesiva de sus libros: he presentado Abrazos partidos y Contraocaso, y prologado Obra breve. Me honra mucho, pues, presentar ahora sus dos libros más recientes; ¡Dios me libre de decir: "sus últimos libros"! Porque se trata de ponerle el cherry a un cóctel de solera.

            Exitoso atentado contra la solemnidad, la poesía de Hjalmar Flax ha oscilado, desde sus comienzos, entre polarizaciones y contrastes. Oscilaciones, tanto de tema como de tono, que son tan solo una manifestación de su amplio registro. Pues en ella conviven el poeta huérfano que añora el amor materno; el poeta amoroso; el poeta solitario, misántropo; el poeta voyeur, que asedia con su mirada a cuanta buena hembra cruza su camino; el poeta crítico de la historia, tanto colonial como global; el poeta autorreferencial, que piensa en verso su oficio; el poeta que le canta con ironía - tantas veces melancólica, otras, jocosa – al proceso de envejecer; y el místico de la belleza. Sonetista, versolibrista, autor de haikús, lírico, conversacional, exquisito y procaz, Hjalmar Flax es un poeta múltiple. Multiplicidad que se proyecta en su sorprendente, autoparódico y multifacetado sujeto lírico: huérfano, solitario, melancólico, culto, reflexivo, rebelde, poeta, voyeur, depredador, blasfemo, sensual, misántropo, cínico, gruñón, descarado, zafio y a la vez delicadísimo. El poeta, escatimando alardes, resume en un soneto de Abrazos partidos el milagro de su poesía: “Pizca de inspiración, tonel de oficio”. Por cierto, que todo lo antedicho lo podemos constatar en los libros que presentamos hoy.

             Vamos a ellos. La versión revisada y ampliada de Sonetos constituye una lección sobre esta forma poética que ingresó en el canon de la mano de Dante, Petrarca y los poetas del Siglo de Oro, y contiene un apéndice muy útil que explica su origen y sus variantes. Se trata de una forma métrica que entrena al poeta tanto en la contención poética, ya que la economía de palabras abona a la intensidad, como en el dominio del ritmo, gracias a la regularidad de su estructura métrica y acentual. Ramón Sijé, el famoso amigo de Miguel Hernández, lo nombró en los años treinta de dos maneras, una despectiva y otra admirativa: "la cárcel del soneto" (porque constriñe) y "el sagrario del soneto" (porque alberga el pan bendito de la poesía). De ahí que el versolibrismo resulte su contrario, y en el caso de un Neruda, sirva para expresar el estallido de la pasión torrencial. En el de Hjalmar, para conversar con el lector y consigo mismo, como lo diría Antonio Machado en una frase que sirve de epígrafe a uno de los Fifty-Odd Poems: "Converso con el hombre que siempre va conmigo". El libro de sonetos cubre una amplia gama de los temas de Hjalmar: la orfandad, el desamor, la ausencia, el recuerdo, la soledad, la vejez, la muerte, el cachondeo erótico que nunca falta, la ciudad de San Juan, las desgracias patrias, el ateísmo blasfemo y como ñapa, un homenaje al Café Rubén, donde almuerza en compañía de sus amigos; versión posmoderna de lo que para Lorca fue su "Rinconcillo" de tertulias en el Café Alameda de Granada, hoy abierto bajo un nombre que no se merece: "Chikito".

            Por su parte, Fifty-Odd Poems nos revela la mitad sajona del poeta, ya anunciada en algunos poemas previos. Se trata de un homenaje a su padre, el Dr. Herman Jacob Flax, distinguido médico de Virginia que casó con la doctora puertorriqueña Josefina Guarch, fundó familia y ejerció su profesión en Puerto Rico durante décadas. También nos revela que el poeta puede ser el mismo en dos voces, y que en inglés fluye con certeza, elegancia y su acostumbrada picardía. Para muestra un botón; un poema muy hermoso, titulado "Wind", sobre el misterio que detona la poesía:

If I could see the wind

                that moves the leaves and branches

                                   of this sheltering tree,

I'd be a lesser god and would not marvel

                at the invisible presence.

But I'm just a poet, a child of the weather,

                surrounded by wind,

                                    cradled in mystery,

                                                always expectant."

 

            Aunque el poeta reincide en sus temas, entre ellos el homenaje a a sus progenitores, la tradición poética que lo cobija en este libro ya es otra; de manera que el lector asistirá a un diálogo con Robert Browning, Waldo Emerson, Wallace Stevens, Emily Dickinson y Ogden Nash... entremezclados con Palés, Machado, Jorge Manrique, Heráclito y Rilke.

            Aunque distintos, los libros que nos ocupan comparten la soledad que el poeta lleva tatuada en la piel. En Fifty-Odd Poems dirá: "I talk to me and sometimes find a poem", o describirá la poesía como "the secret life left to its lonely self"; en Sonetos empleará como epígrafe a uno de sus poemas los versos de Lope: "A mis soledades voy,/de mis soledades vengo,/porque para andar conmigo/me bastan mis pensamientos". Y también reafirmará su esencia solitaria en el poema "La noria":

Merodea un poema, lo presiento.

Me inquieta el corazón, tienta el oído:

arpegio trunco, acorde indefinido...

insinuaciones del rumor del viento...

 

Necesito quietud, apartamiento,

deambular desnudo hacia el olvido,

sordo, ciego, inatento a lo vivido,

expuesto el hueso del entendimiento.

 

Pero es la misma pena que disfraza

su mismidad con vívidos matices

para engañarme. Pero al fin fracasa

 

porque sin el disfraz y en tonos grises,

trovando su agobiante barcarola,

surge mi soledad bogando sola.

            Pese a camuflarse tantas veces bajo su procacidad y su humor negro, Hjalmar comparte el rasgo diagnóstico del romanticismo: la soledad, debida al choque entre el yo poético y el mundo. "Ser romántico - lo dice Guillermo Díaz Plaja - es sentirse aparte de la vida normal y suspirar por ella, sin desearla en el fondo". Es el caso de tantos poetas que proponen la ecuación soledad/poesía, como el mismo Lope, siendo un prerromántico. Pedro Salinas afirma que el milagro de la soledad está en que se trueca, por la fuerza de su presencia, en una compañía. Plasmada en la palabra. De ahí que Luis Cernuda convierta al custodio del faro en el epítome de la soledad, y que en su poema "Soliloquio del farero", se pregunte: "¿Cómo llenarte, soledad,/sino contigo misma?" Ya desde 1816 el inglés Shelley había asediado esta paradoja, desde que confiesa que en Alastor, the Spirit of Solitude, late la inspiración de su poesía. Allan Poe, por su parte, en su poema "Alone", de 1829, se ufana de una soledad que lo aparta del mundo y lo vuelve poeta. Antonio Machado no duda en celebrarla: "¡Oh soledad, mi sola compañía,/oh musa del portento, que el vocablo/diste a mi voz que nunca te pedía!,/responde a mi pregunta: ¿Con quién hablo?". Y en Muerte sin fin el mexicano José Gorostiza tiene unos versos elocuentes al respecto: "¡Oh INTELIGENCIA, soledad en llamas,/que todo lo concibe sin crearlo!". El puertorriqueño Luis Palés Matos no se quedó atrás, cuando en "El llamado" explicó la ecuación soledad/poesía con un lirismo insuperable: "¡Oh soledad, que a fuerza de andar sola/se siente de sí misma compañera!".

            Es evidente que Hjalmar Flax se inserta en esta tradición de solera. Y, como fiel postromántica que soy, esto es lo que más me interesa de su poesía. Porque produce poemas melancólicos memorables. Quisiera terminar leyendo tres, en los que la soledad asume distintos nombres: ausencia, desamor, sufrimiento. En primer lugar, "Octubre", dedicado a la ausencia:

A mi lado la silla está vacía,

vacío el corazón de ausencia lleno:

su ausencia palpitante, mi veneno,

veneno de mi noche y de mi día.

 

Cuánta felicidad, cuánta alegría

en la esperanza caben. Cuán sereno

pasaba por la vida. Cuán ajeno

este vacío entonces parecía.

 

Fiel amiga de duros entendidos

mi soledad bromista, al conocerla,

todo su espacio le cedió. Al perderla

 

los vívidos recuerdos revividos

no me dejan vivir. Y vivo a ultranza,

sin amor, sin humor, sin esperanza.

En segundo lugar, "Plaisir d'amour", sobre el desamor: 

Si aún llega su belleza y su dulzura

desde el pasado hasta mi pensamiento,

si aún evoco su olor, su movimiento,

y de su voz la clara tesitura...

 

Si a pesar de la vida, de la cura

que el tiempo presupone aún la siento,

y el corazón transita, tiento a tiento,

ciego de ausencia, sordo de amargura...

 

 

¿Valdrá la euforia del amor la inmensa

pena de amor cuando el amor termina

y ese otro amor, el desamor, comienza?

 

Responderé mañana, que hoy preciso

volver a recordar el paraíso

perdido en el desierto de su ruina.

Y en tercer lugar, un poema sobre la impotencia de la poesía para paliar el sufrimiento que causa la soledad. Se titula precisamente "Arte inútil": 

Todo está dicho en este libro, todo,

pero de nade vale, si aún no cesa

de amarla y desearla, si interesa

encontrarle a sus vidas acomodo.

 

Vivo está su retrato en un recodo

de su mente y, no obstante la tristeza

de años que no la abraza ni la besa,

su corazón la aguarda de igual modo.

 

No empece el prolongado sufrimiento,

las cenas solitarias, la ancha cama,

su corazón, alegre, la reclama

 

inexplicablemente, fatalmente,

con el abrumador presentimiento

de que lo hará pedazos nuevamente.

 

 ¡Enhorabuena, Hjalmar!

 


 

Reseña de: Sonetos (2da edición)

San Juan: Libros AC, 2017

 

LA CONTINUIDAD DEL SONETO

Por: Carmen Dolores Hernández

 

            Que un poeta se imponga, hoy, la disciplina del soneto dice mucho de su compromiso con la poesía y de su conocimiento de la tradición que sostiene y encauza su oficio. Que los  escriba con pericia, proyectando en ellos reflexiones inusitadas y emociones destiladas, revelando -en finales contundentes- aspectos insospechados de ellas es ya una hazaña extraordinaria.

            Hjalmar Flax escribió sonetos desde sus inicios como poeta, consignados en el libro “44 poemas” (1969). Aparecen en su obra hasta su reciente, “Penultimatum” (2015). De factura impecable desde el principio, actúan como un hiato entre poemas cuyo filo agudo corta, mordaz, la sensibilidad. No es que sus sonetos carezcan de aristas punzantes; la diferencia está en que en ellos la ironía es un estilete (pluma y puñal) que entra despaciosamente, elegantemente, en la consciencia, aplazando su efecto hasta la estocada final y contundente.  “A dos voces”, un poema de “Contraocaso” (2007) empieza así: “Quiero brindar en calidad de escombro/ por aquellos que fueron mi tormento./ No queda una que no sea esperpento./ Conste, por eso, mi sentido asombro...”. (Dejamos el final a la curiosidad del lector.)

            Nada nuevo, en vista de que las grandes plumas del Siglo de Oro escribieron sonetos satíricos como este de Quevedo, de evidente doble sentido: “A las bodas que hicieron Diego y Juana/ dio de su cuerno flores Amaltea,/ tocaron la corneta del aldea/ y una cuerna almorzaron valenciana”.

Los sonetos de Hjalmar Flax tienen una filiación clásica. ¿Cómo no pensar en Garcilaso ante uno como “Plaisir d’Amour”, de “Abrazos partidos” (2003), que empieza: “Si aún llega su belleza y su dulzura/ desde el pasado hasta mi pensamiento,/ si aún evoco su olor, su movimiento/ y de su voz la clara tesitura.../” y termina: “¿Valdrá la euforia del amor la inmensa/ pena de amor cuando el amor termina/ y ese otro amor, el desamor, comienza?// Responderé mañana, que hoy preciso/ volver a recordar el paraíso/ perdido en el desierto de su ruina”?

            Con el tiempo se apodera de ellos una creciente melancolía. La vejez, la pérdida del amor, la soledad, las miserias del cuerpo entran en la temática. El amor, en particular, deja de ser juego agradable para convertirse en añoranza a partir de “Poemas de la bestia” (1999): “A mi lado la silla está vacía,/ vacío el corazón de ausencia lleno:/ su ausencia palpitante, mi veneno,/ veneno de mi noche y de mi día...”. La muerte aparece con frecuencia creciente: “Cuando no sirva ya en salud la cura/ y falten los remedios efectivos/ para permanecer entre los vivos,/ ver otro amanecer, cuando la dura// realidad el fin de mi aventura/ anuncie sin adverbios ni adjetivos...”, reza un poema inédito.

            La poesía misma es tema constante. Su práctica es un malabar que salva precipicios; el poeta es “cansado maromero temerario”; su oficio sirve “para engañar las penas y el letargo...”. Y si bien Lope obedece a Violante escribiendo el famoso soneto (“Un soneto me manda hacer Violante/ que en mi vida me he visto en tanto aprieto...”), Hjalmar desobedece a un conocido estudioso de la literatura: “ ‘Sonetos en el siglo veintiuno’/ me aconseja no hacer Aullón de Haro./ Piensa que he de pagar precio muy caro/ a los dueños del mambo. ‘Más de uno/ resulta reprehensible, inoportuno...’.”

            El tono zumbón es constante. Sus sonetos incluyen prosaísmos (“Bella joven, los pelos del sobaco/ le imparten un acento extra ordinario,/ dicho sea con garbo literario./ brazos de ninfa, axilas de cosaco.”); dobles sentidos; coloquialismos, paradojas y alguna grosería. Nada es sagrado: Flax remeda (con dolor) al célebre Manuel del Palacio en sus denuestos de la Isla; arremete también contra la necedad oficial.

            Ejemplo de su visión a la vez clásica y contemporánea, tradicional e innovadora en cuanto a la visión y la construcción temática, es “Mar Caribe”, de “Contraocaso” (2007): “Sobre la playa estoy, con la mirada/ rozando el horizonte, ala serena./ Mar y cielo. No hay monte, nube, pena/ que interrumpa la raya equilibrada./ En tal estado el alma, despertada,/ de dios y el infinito siento plena./ Siento abolida la mortal condena,/ y la ilusión del todo, mera nada./ Entonces cruza, ¡gloria del Caribe!/ morena por el sol, tan imperiosa/ que ahogando el corazón lo desinhibe,/ y acompasa, cachondo, el mar las olas/al vaivén de las nalgas, y amorosa/ se duerme el alma entre las caracolas”.

 

Carmen Dolores Hernández

San Juan, Puerto Rico

2 de julio de 2017