Publicado en 2012 por Mariana Editores, Cayey, Puerto Rico, 112 págs. Tiene un prólogo de Hugo Gutiérrez Vega. La foto en la portada, “Changos de Miramar”, es del fotógrafo Oris K. George. Una selección de poemas de este libro recibió el premio único en el “Certamen de Poesía 2012" del periódico El Nuevo Día. |
Selección de MIENTRAS TANTO
Ser poeta não é uma ambição minha.
É a minha maneira de estar sozinho.
Alberto Caeiro
Seré mi nombre. Seré mis poemas.
Ya dicen: “Como dice Hjalmar Flax”
y citan mal un verso mío.
Pero a mí, que no soy
ni mi nombre ni mis versos,
a mí, de carne y hueso,
a este animal envejeciente
que se levanta y hace sus necesidades,
se cepilla los dientes y va al médico,
que toma medicinas y hace compras,
que camina y evita tropezar,
que almuerza en fondas,
que vive solo...
a mí no me conocen.
Mi nombre puede ser de otro,
y mis versos...
mis versos son la tinta de un calamar que huye.
1.
A pocos pasos de mis pies dos tórtolas
picotean el suelo.
Se alimentan de semillas invisibles
igual que yo.
2.
En la uva playa que me da sombra
un ruiseñor espanta a un chango. Cosa rara.
Pronto regresa el chango con sus huestes:
plumajes de cuervo,
picos puntiagudos,
vocecitas ásperas,
ojitos amarillos de envidia.
Corren al ruiseñor.
Se apoderan del árbol.
Nos ojeamos con desconfianza.
3.
Desde el tronco, de cara al suelo,
me observa un lagartijo.
Quién sabe si anhela que yo sea un insecto
para acercarse sigilosamente
y atraparme con su pegajosa lengua larga.
Los conozco bien.
4.
Frente a mí la fuente es un estanque mudo
plagado de hojas muertas y larvas de mosquito.
Quizá sueñe que canta.
Quizá recuerde alguna melodía.
Miro los grotescos surtidores:
PVC resecado a la intemperie.
Descuido y deterioro.
5.
La mejor compañía son los árboles.
Sé que se hablan con voces profundísimas,
mucho más profundas que las voces
de ballenas azules y elefantes de sabana.
No puedo escucharlos pero es obvio
cómo cohabitan elocuentemente.
6.
¡Qué incómodo este banco!
Malditos arquitectos paisajistas.
Créeme: no es el amor el que va a venir,
sino la belleza con su estola de albas muertas.
Roberto Bolaño
Joven poeta, te compadezco.
Te pasarás la vida
buscando sin saber dónde buscar,
ni lo que buscas, ni lo que quieres,
dando tumbos de ciego entre sonidos
de palabras y frases concertantes
y desconcertantes.
Nunca podrás salir
de los confines de tu corazón
vedado a los demás.
¡Oh, confinado!
Por inconforme nunca te amarás,
ni a otros amarás por inconforme.
Caminarás sobre tus años
tendidos como calles de viejas ciudades.
Cuando ya sea muy tarde
y estés llegando a donde no creíste
que llegarías jamás, y estés perdido
en el hollado y desolado páramo
donde moró tu espíritu
maltrecho, te darás cuenta
de que, a pesar de todos tus poemas,
te encuentras en el punto de partida,
aún no sabes nada,
tienes la muerte cerca,
y estás solo.
Tin marín de dos pingüé
cúcara mácara títere fue...
Ahí están, en su mesa acostumbrada,
acompañados pero solos,
rumiando sueños y mirando fúnebres
como los bueyes de Palés.
Les pasa ajeno el mundo por delante.
Parecen revestidos de paciencia,
parecen viejos sabios,
pero son impacientes y contradictorios.
En el fondo saben que no saben nada,
sin embargo lo niegan.
Todas las certezas de su juventud
se esfumaron con la juventud.
Están frente a sus tazas de café
sentados al final de su futuro
que ayer imaginaban tan lejano.
Cuando hablan se quejan y critican,
pero sólo dicen
que cualquier tiempo pasado fue mejor.
(Y desde su vejez tienen razón).
Los miro y un escalofrío
me recorre la espalda cuando veo
dentro del árbol que sombrea la calle
una figura hosca, encaramada,
moviendo un dedo silenciosamente.
en El Cilantrillo
Trato de sonreír. A veces cuesta.
La vida insiste con su manotazo.
Te caes. Te levantas. Das un paso,
el labio roto, la sonrisa impuesta.
Se hace más duro remontar la cuesta,
más penoso el peñón y hosco el ocaso,
el azar más distante y más escaso,
y piensas que ha llegado el fin de fiesta.
Pero hace un solecito confortante,
y una brisa sabrosa. Llegas y entras;
te dicen “Buenos días, adelante”.
Entre los platos de ese día encuentras
arroz con pollo, bacalao guisado...
y piensas que te quejas demasiado.
La patria es linda y de algunos.
Ricardo E. Molinari
Persona abundante en datos
y escasa en inspiración.
Permanecer en su escaño
es su mayor ambición.
¿Talentos? Sembrar batatas,
cosechar adulación,
reconocer semejantes
para aliarse en corrupción,
mentir, sobornar, taparse,
fingir gran indignación,
subirse el sueldo, excusarse
de vistas en comisión,
tomarse fotografías
cerquita del más mandón,
salir en los noticieros
que dan por televisión
y aparentar que lo embarga
genuina consternación,
aprovechar cualquier cosa
para dar buena impresión,
con el dinero del pueblo
extender su invitación
a los mejores mesones
y ofrecer Dom Perignon.
Si nada de eso funciona
siempre queda la extorsión,
y el artero asesinato
de cualquier reputación.
Si acaso pierde su escaño
por excesos sin pudor,
reaparece disfrazado
de bien pagado asesor
o asesora, da lo mismo
ser ladrona que ladrón.
Su “expertise”: hallar el guiso,
encontrar el basilón,
facturar por no hacer nada
como si hiciera un montón.
Habla mucho, dice poco,
y jamás un sí ni un no.
Fantoche de siete culos,
su esmerada vocación
es asentar posaderas
en un mullido sillón,
y no hay fuerza que incomode
su cómoda posición,
ni vergüenza que estimule
la mínima introspección.
Parásito, lastre, escoria,
criatura de nuestro dios.
Tengo hambre, pero siempre tengo hambre.
Quise comerme el mundo y ni pude
comerme una pequeña islita en el Caribe.
Dudo demasiado y el cielo sigue cielo
en su profundo vértigo atrayente,
bellamente lejano y azul, azul, azul,
y nunca, nunca, nunca el mar lo alcanzará.
Tengo la cabeza llena de boleros machistas
y el corazón ahíto de mujeres ausentes.
En un lugar del mundo que se repite tanto
muere un niño de hambre en los brazos famélicos
de su madre vacía de leche y de esperanza.
La tierra está maldita y yo la observo.
El mundo está perdido en el mar del espacio.
Yo lo observo girando, yo lo observo girando.
Cada día es el mismo cada día es el mismo
cada día es el mismo cada día es el mismo
cada día es el mismo cada día es el mismo.
Es el mismo es el mismo. Cada día desde el lecho,
donde noche tras noche caigo como en la fosa,
me yergo como Lázaro. Yo mismo me lo digo:
levántate, carajo, y anda. Ando entre mis rutinas
y a mis ruinas regreso. Voy a mis soledades; de ellas vengo
empedernido autómata, antropoide blandengue
que piensa y no le bastan sus bastos pensamientos.
Se me escapa el sentido. Ya no recuerdo nada
tan bello y tan profundo como el azul del cielo.
Y me acuerdo de ti que eres la vida.
para Nemesio Vargas y Marcos Irizarry
Hoy he despertado pasajero
con esta sensación que llega hasta el origen,
y sé por qué Vaughan Williams,
muerto en el siglo XX,
compuso sobre un tema de Thomas Tallis,
muerto en el siglo XVI.
Ahora me acuesto, solemnemente,
con esa saludable sensación.
Y siento menos pena por la falta
de mis amigos muertos.
Hoy amo más porque me importa menos,
por haber caminado calles centenarias
sintiéndome infinitamente mortal.
Perdida ya la cuenta de los años
se preguntó:
¿Cuál fue la verdadera?
¿Y si no fue ninguna?
¿Si ha pasado la vida enamorado
de reflejos en rostros pasajeros,
de regazo en regazo
en busca de su olor y su calor?
Se le ocurrió que no la encontraría
o que quizá fue alguna que partió,
y se sentó a escribir este poema.
Nunca nos merecimos las mujeres
que tanto nos amaron
ni comprendemos por qué así fue.
Sólo sabemos con certeza
las coincidencias de los cuerpos.
El resto adivinamos, construimos
de convencionalismos y elucubraciones.
Hoy, desde la soledad de incomprensión
donde nos abrazábamos,
nos damos cuenta de que ellas
tampoco nos merecieron.
Todo lo recuerdo cuando voy al cine,
cuando leo poemas, cuentos y novelas,
cuando camino por las calles de ciudades
y veo parejas de enamorados
enlazadas las manos o besándose.
“Estuve ahí”, me digo.
Se me ocurre que he sido afortunado,
que mi vida ha sido larga,
interesante y llena de aventuras.
Por eso no me explico por qué hoy
se me hace tan difícil precisar
hechos y circunstancias que demuestren
dónde, cuándo y cómo “estuve ahí”.
Quizá lo que recuerdo son engaños
y no era el amor sino la vanidad
lo que ocupó mi corazón por tantos años.
Quizá no fui agraciado, sino desgraciado,
un vulgar y pequeño y ciego desgraciado,
salamandra de cueva subterránea...
Quizá nunca “estuve ahí”.
Quizá por eso se me hace imposible
evocar los momentos,
precisar los detalles,
redescubrir los sentimientos
que me demuestren que amé.
Me moriré sobre esta misma cama
donde duermo hace más de medio siglo,
en este apartamiento donde paso
gran parte de las horas de mis días
rodeado de libros y silencio.
Me moriré en San Juan, en esta sórdida
ciudadela ruidosa y aburrida,
vulgar y sin futuro,
donde sólo al alba o al crepúsculo
desde algunos lugares se percibe
algo fugaz que evoca la belleza.
Sobre esta misma cama moriré.
Me acostaré a dormir o a descansar
de algún cansancio extraño.
Será caer en un vacío enorme
hacia una oscuridad y un silencio absolutos.
Y el misterio que unía las moléculas
que formaban mi ser único y vivo
misteriosamente desaparecerá.
Sobre esta misma cama donde tanto
he dormido, soñado, fornicado,
leído, escrito, estado enfermo,
visto televisión y visto amanecer,
contemplado la luna en todas sus etapas,
y las aspas del ventilador
girando en el techo como una ruleta.
Sobre esta misma cama donde ahora
escribo mi epitafio.
... To die, to sleep; To sleep, perchance to dream:
Ay, there’s the rub ...
Shakespeare
Se acuesta, piensa leer. Y, sin embargo,
porque sabe que no hay nada
mejor que hacer poemas,
impulsivamente
toma la libreta y el bolígrafo
siempre visibles
sobre su mesa de noche.
En el breve tiempo que dura
tomar libreta y empuñar bolígrafo
ha decidido escribir
sobre no tener nada que decir.
Se da cuenta
de que lo absurdo de su postura
no es lo trágico, es lo ridículo.
Y el silencio donde transcurre esta farsa
desplaza todo el aire de su cuarto.
Entonces le da sueño, mucho sueño...
¿Acaso no era ése su propósito?
¿No ha sido su propósito dormir,
dormir, quizás soñar, desde hace tiempo?
Casi muchas veces creyó haberla olvidado,
o al menos reducido a un pequeño recuerdo
que brota con un poco de nostalgia
y una sonrisa amarga y pasajera.
Ahora, sin embargo, mira la tele y llora
inconteniblemente, sin bien saber por qué.
Siente su corazón colgado entre su aliento
como un enorme albatros malherido.
Presiente que está herido de muerte y no se muere.
Y recuerda que él mismo disparó la saeta.
Entonces le parece que su albatros
lo transporta colgado pesadumbrosamente
sobre el blanco plumaje ensangrentado
por la senda bordeada de
flores silvestres,
el mar
y el precipicio.
Y surge la pregunta: ¿Adónde ahora
y mañana y pasado mañana los consuelos
del amor, la belleza y la literatura?
a Merce López-Baralt
Te amo con ese amor
de la amistad duradera.
Con amor de primavera
para el invierno peor.
Amor reiterado en flor
de amapola agradecida.
Viejo amor que no se olvida
que no necesita verte.
Y te amaré hasta mi muerte,
es decir, toda la vida.
Como un dolor agudo la belleza
traspasará tu corazón descalabrado.
Trascurrirá el instante.
Regresarás hasta la indiferencia.
Recordarás, si acaso,
lo que apenas importa recordar.
1.
Sé objetivo siempre,
nunca subjetivo.
Siempre desconfía
de los adjetivos
y de los adverbios
y de los gerundios
y el imperativo.
Usa el subjuntivo.
Deja que descansen
los tiempos pasivos.
Huye de la pompa
si no es de jabón
(lo grandilocuente
empacha a la gente)
y de lo solemne
que camina siempre
con la somnolencia.
Cágate en la gloria
y en la magna historia.
2.
Ignorante triste,
la palabra existe.
Para reencontrarla
sólo hay que buscarla
siempre con paciencia
nunca complacencia.
Si es grande el esfuerzo
es poca la ciencia.
Hazte compañero
de la irreverencia.
Existen misterios
bajo la conciencia
y algunos peligros,
entre ellos, demencia.
Así que hazles caso
a las emergencias,
busca, por si acaso,
la pronta asistencia
de un amigo bueno
que tenga prudencia.
Lo demás es vida,
vive la diferencia.
3.
Ah, se me olvidaba
lo más importante:
de ahora en adelante
no les des consejos
a poetas pendejos.
– ¿Aló?
– ¿Quién habla, Juan?
– Sí. ¿Quién es?
– Graciela Martínez.
– ¡Chela! ¿Cómo estás? Deben haber pasado como treinta años, más...
– Mira, acabo de ver en La Tertulia la segunda edición de Poemas Originales...
– Sí, he revisado un poco algunos de ellos y ...
– Me fijé que me dedicaste un poema...
– Sí, el mismo que en la primera edición. Tú lo sabías...
– ¡Cómo se te ocurre poner mi nombre!
– Pero si escribí ese poema para tí. Tú lo sabes, y te gustó mucho.
– Pero eso fue hace veintiocho años y no le pusiste mi nombre en la dedicatoria.
– Le puse tus iniciales. Por eso lo cambié. Me pareció mejor poner tu nombre
completo.
– ¿Pero cómo se te ocurre? El poema me pinta desnuda en tu cama, habla de mis
pelos púbicos, de mis tetas, de mis pezones, de que estoy dormida después
de haber chingado contigo...
– Pero no así de vulgarmente; está escrito con mucha delicadeza. Recuerda que
cuando lo leíste por primera vez te gustó mucho y hasta se te aguaron los
ojos. Es un tierno poema de amor que le ha gustado a mucha gente.
– No se me aguaron los ojos nada. No me importa que le haya gustado a mucha
gente. Lo que sí, es que ahora todo el mundo sabrá que esa mujer en tu
cama, desnuda, durmiendo a pata suelta, soy yo.
– Nuestros amigos siempre supieron que eras tú; sabían que las iniciales eran las
tuyas; sabían que éramos amantes...
– Sí, carajo, pero ahora lo sabrá todo el mundo. Soy una mujer casada con hijos...
– Te casaste después del incidente que cuenta el poema...
– ¡Eso no importa!
– Tu marido siempre supo que antes tú salías conmigo...
– ¡Ése no es el punto!
– ¿Cuál es el punto?
– ¡Coño, que mis colegas, mis compañeros de oficina, mis amigas y amigos, mi
familia, mis hijos van a ver en un libro un poema que me pinta... no lo voy
a repetir... en una situación vergonzosa!
– Pero si nadie lee poesía y menos la mía.
– ¡Lo van a buscar. Basta que alguien se entere y lo riegue por ahí!
– Chica, es un poema de nuestra juventud. Han pasado treinta años...
– ¡Veintiocho!
– Tus hijos ya son adultos. La situación no es vergonzosa, es gozosa, celebratoria,
todo está descrito con mucha delicadeza...
– ¡Me cago en la delicadeza!
– Es un poema de amor.
–¡Me cago en los poemas de amor!
– ¿Chica, qué quieres que haga? Jamás pensé que te ibas a ofender. Ya el libro
está circulando.
– Mira, eres un cabrón. Siempre fuiste un cabrón. Te voy a demandar.
¡CLIC!
1.
¡Ay! la poesía, la poesía...
¿Qué tendrá la poesía? Yo no sé.
Mucha poesía se ha escrito y se escribe.
¡Qué afán de decir quién sabe qué!
¿Por qué? ¿Para qué?
2.
Los mejores poemas se parecen
a los tremendos choques de automóviles.
La gente se detiene ante ellos
a asombrarse, a emocionarse,
a pensar en la vida y en la muerte.
3.
¡Ay! la poesía, la poesía...
PalabrasPalabrasPalabras...
Obsesión ecolálica.
Excrecencia del lenguaje.
Herramienta divina.
4.
La poesía...
Hjalmar Flax, nuestro poeta puertorriqueño con nombre de timonel de nave vikinga, nos entrega un nuevo ejercicio poético en el cual la introspección y la búsqueda del ser se combinan con un humorismo que, como todas las ironías verdaderas, tiene, en el fondo, un contenido trágico.
En la serie que titula “Vida y Recuerdo”, se hace patente la búsqueda de un yo que se ha diluido en el río de los otros y en la aventura de vivir y de saber que, como decía André Gide, “nada hay más allá del fondo oscuro de la muerte”. Hjalmar lo dice con idéntica aceptación y lo reitera en todas sus formas de gozo de la vida y de plenitud del cuerpo y del alma, que no sabemos cómo es ni dónde está, pero que, sin la menor duda, es un misterioso ser que nos habita y da sentido a lo que hacemos o intentamos hacer. “A todas las recuerdo, pero a mí no me recuerdo”, nos dice el poeta frente al espejo del baño una mañana de un día cualquiera, de un día que nos traerá la terrible y hermosa novedad del mundo y de la existencia. El poeta pregunta a los otros y recibe respuestas fragmentadas. “No nos ha sido dada la totalidad, pues esa plenitud es patrimonio exclusivo de los dioses”, decía el hombre sin atributos de Musil. Al final de la serie, la vida del autor, larga en años, se vuelve corta gracias a la fragilidad del recuerdo de su yo más íntimo y complejo.
Hjalmar dedica su libro, Mientras Tanto, a casi todos los seres vivos, a las grandezas, las miserias, las tristezas, los gozos, los silencios y el barullo de esos curiosos y a veces lamentables pero maravillosos miembros del grupo zoológico humano. Así lo hace constar en su hermosa dedicatoria en la que, para nuestra fortuna, están ausentes las concesiones o las declaraciones llenas de solemnidad y de transcendencia. Mientras Tanto nos habla del aquí y del ahora, nos pone a reír y a lamentar algunos aspectos de nuestro acontecer y, sobre todo, nos acompaña en esa búsqueda del ser que todos debemos realizar y que tiene en la poesía uno de sus mejores caminos. Intentar esa aventura es obligatorio aunque “la vida insista con su manotazo”, ese golpe irremediable que nos rompe el labio o nos obliga a encerrarnos en nuestro frágil ego y adoptar la posición fetal de algunos de los desventurados personajes de Ingmar Bergman. Hjalmar no gimotea ni se queda callado: escribe poemas y goza de los “alimentos terrenales”. Hoy tenemos “arroz con pollo y bacalao guisado”. Por lo tanto no hay lugar para las quejas aunque la realidad nos apriete el cogote.
En una parte del libro aparece un poema político que rezuma, y con razón, disgusto y amargura. Con el permiso de don Rafael Hernández, nuestro poeta hace un nuevo lamento borincano: “Si un político agarro, mi Dios querido, buena mandá al carajo le voy a dar”. Hace muchos años, Bernard Shaw decía que “los políticos y los pañales deben cambiarse frecuentemente... y por la misma razón”.
La casa, el teléfono, la avena, el pan tostado, la cama que debemos tender (Livaditis, el gran poeta griego, decía que por la noche se desvestía, se ponía el pijama y tomaba el somnífero recetado por un médico, y a la mañana siguiente se levantaba y doblaba sus sábanas “como después de una ejecución”); los gajes del oficio poético, ese juntar palabras para levantar la frágil fábrica del poema; las mujeres amadas, el paso de ganso de los años, la risa y el miedo... todos estos actos cotidianos y sentimientos del mundo están presentes en el nuevo libro de un poeta que vive ya la madurez arduamente alcanzada de su quehacer.
Hugo Gutiérrez Vega*
Copilco el Bajo
lluvias de 2010
___________________
* Hugo Gutiérrez Vega nació en Guadalajara,
Jalisco en 1934. Es casado y de profesión Abogado, Maestro en Letras. Fue
miembro de carrera del Servicio Exterior Mexicano del 1963 al 1998 donde ocupó
diversos puestos como Agregado Cultural, Consejero Cultural y Ministro de
Asuntos Culturales en diversas Embajadas de México en Italia, Gran Bretaña,
España, Washington y Brasil. Fue Embajador en Grecia, concurrente en Líbano,
Chipre, Rumania y Moldova. Realizó trabajos especiales para la UNESCO en Irán y
la Unión Soviética. Fue Cónsul General de México en San Juan, Puerto Rico. Fue
Maestro de la Universidad Autónoma de Querétaro (en la Escuela Preparatoria y la
Escuela de Derecho); Rector de la Universidad Autónoma de Querétaro (Fundador de
las Escuelas de Idiomas y Psicología); Maestro de tiempo completo de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y de Filosofía y Letras (UNAM);
Director de "La Casa del Lago" de la UNAM; Director General de Difusión Cultural
de la UNAM. Director de la revista de la Universidad (UNAM); Maestro visitante y
conferencista en universidades de Italia, Inglaterra, Rumania, Estados Unidos de
América, España, Portugal, Grecia, Brasil, Argentina y Noruega. Es Doctor
Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Querétaro. La Universidad de
Guadalajara en 2009 estableció la Cátedra de Periodismo Cultural, Hugo Gutiérrez
Vega.
Habla Inglés, Italiano, Portugués, Francés, Griego y Rumano. Ha recibido las siguientes condecoraciones y homenajes: Comendador de la Orden al Mérito de la República Italiana. (1966). Medalla "Alfonso X" de la Universidad de Salamanca. (1981). Comendador de la Orden "Isabel la Católica", España. (1983). Gran Oficial de la Orden del Delfín Grecia. (1988). Orden del Delfín Grecia (Gran Cruz 1994). Premio Nacional de Poesía (México 1975). Premio de Letras (Edo. de Jalisco 1994). Homenaje Nacional del I.N.B.A. (1994). Premio Nacional de Periodismo en Difusión Cultural 1999. Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2001. Premio Nacional de Poesía Xavier Villaurrutia 2002. Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes 2004. Homenaje en el 4º. Encuentro de Poetas del Mundo Latino, Morelia 2004. Homenaje del Instituto Nacional de Bellas Artes por sus 75 años. Homenaje del Estado de Querétaro 2009. Premio Poetas del Mundo Latino 2009. Homenaje del Estado de Jalisco 2009.
Es fundador y primer Director de los Cómicos de la Lengua de la Universidad Autónoma de Querétaro y del "Grupo de Teatro Latinoamericano" de Roma. Fue actor de las compañías de teatro de la UNAM.
Ha publicado los siguientes libros de Poesía: 1) Buscado Amor (Losada, Buenos Aires, Prólogo de Rafael Alberti) 1963. 2) Desde Inglaterra (Universidad de Guadalajara 1966). 3) Resistencia de Particulares (Editorial Era 1967). 4 Cuando el Placer Termine (Premio Nacional de Poesía publicado por Joaquín Mortíz 1976). 5) Cantos de Placencia (Editorial "HYPERION" 1976). 6) Poemas para el Perro de la Carnicería (UNAM 1978). 7) Antología (Colección Material de Lectura UNAM 1978). 8) Tarot de Valverde de la Vera (EUAF, España, y Prometeo 1981). 9) Antología (En Italiano, Roma-México, Ed. Bilingüe 1977). 10) Meridiano 8-0 (Cultural Hispánica, Madrid 1982). 11) Cantos de Tomelloso (Universidad Autónoma de Querétaro y Universidad y Universidad del Edo. de México 1983). 12) Georgetown Blues (Gobierno del Estado de Querétaro 1984). 13) Las Peregrinaciones del Deseo Poesía reunida 1985-1986 (Fondo de Cultura Económica) 14) Andar en Brasil (Universidad Autónoma de Querétaro 1987). 15) Los Soles Griegos (Universidad Autónoma de Querétaro 1990). 16) El Nombre Oculto de Grecia (Edición Bilingüe español-griego. Editorial (Nuevos Frutos" Atenas 1991). 17) Poemas (En griego, Instituto Cervantes", Atenas 1991). 18) Cantos del Despotado de Morea (Editorial "VERBUM", Madrid, 1993). 19) Nuevas Peregrinaciones (Guadalajara, Jal., México, 1994). 20) 11 Poetas Griegos (Tucán de Virginia, México 1995). 21) Una estación en Amorgos (Guadalajara, Jal., México, 1996). 22) Los pasos revividos ("El Tucán de Virginia", México 1997). 23) Antología en Griego ("Ogospi", Atenas, 1997). 24) Antología personal (Fondo de Cultura Económica, 1998). 25) Los pasos del nómada (Antología Bilingüe Francés-Español) Quebec 1999. Traducción Emile Martel. 26) Peregrinajes (Antología 1995) Universidad de Puerto Rico. 27) Peregrinaciones (Poesía reunida 1965-1999) Difusión Cultural Unam 99. 28) Poesía sobre poetas. Papeles de San Agustín, Oaxaca 2001, México. 29) Una estación en Amorgós. (Griego moderno) Gobostis, Atenas 2002, México. 30) Peregrinaciones (Poesía reunida 1965-2001) Fondo de Cultura Económica, Colección Letras Mexicanas. 31) Antología con dudas. Visor Madrid 2008. 32) Antología en Rumano Gânduri peregrine. (antología en Rumano, Bucarest, 2009). 33) Las águilas serenas. (Ensayo sobre escritores mexicanos), Instituto de Cultura del Estado México 2009. 34) Polvo nuevo de la palabra antigua (Colección clásicos Jaliscienses) Secretaría de Cultura, Guadalajara, Jalisco, 2009. 35) Peregrinazioni (Antología poética en italiano) Foggia, 2010. Traducción: Emilio Coco.
Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, ruso, rumano, portugués,griego y turco.
Ha publicado los siguientes libros en Prosa: 1) Los Medios de Comunicación Social (UNAM 1973). 2) Información y Sociedad (Fondo de Cultura Económica 1975). 3) El Teatro en México (Ediciones "Alfonso X", Salamanca 1978). 4) Luis Buñuel, (Ediciones "Alfonso X" Salamanca 1978). 5) José Carlos Becerra (Material de Lectura, UNAM 1975). 6) Ramón López Velarde ("Material de Lectura" UNAM 1976). 7) Poesía Italiana Moderna ("Material de Lectura" UNAM 1974). 8) El Erotismo y la Muerte, Ensayos reunidos (Ed. Océano 1988). 9) Lecturas, navegaciones y naufragios (Editorial Minimalia) México 1999. 10) Algunos ensayos (LEISSSTE México 2000). 11) Bazar de asombros I (Aldus 2000), México. 12) Bazar de asombros II (Aldus 2002), México. 13) Esbozos y miradas del Bazar de Asombros (Conaculta 2006) México.
Ha publicado ensayos y poemas en revistas de México (Siempre, Vuelta, Nexos, Revista de la UNAM), España (Cuadernos Hispanoamericanos...). Así como en Argentina, Colombia, Venezuela, Italia, Brasil, Portugal, Unión Soviética, Rumania, Inglaterra, Estado Unidos, Francia, Egipto y Suiza. Asimismo, en octubre de 1994 el Instituto Nacional de Bellas Artes le organizó un homenaje en el Teatro del Palacio de Bellas Artes de México con motivo del Aniversario 30 de la aparición de su primer libro.
Actualmente es Director de "La Jornada Semanal" y miembro del Seminario de Cultura Mexicana, miembro Correspondiente de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.
( publicada en El Nuevo Día el 18 noviembre 2012)
EXPLORACIONES
Leer la poesía de Hjalmar Flax es anticipar –de poema en poema- extraordinarios descubrimientos. Se lee con la expectación, casi siempre cumplida, de encontrar visiones inéditas, formulaciones irónicas –también amargas- que esclarecen nuestro ser y nuestro mundo. El atractivo inicial –humorístico - de muchos poemas disimula una incitación a la reflexión de corte existencial. En otros, tras un planteamiento chocante o gracioso hay un sedimento de amargura o de difícil resignación, un poso que el lector queda rumiando, mientras desentraña lentamente sus múltiples implicaciones. Aún otros poemas son divertidos y sorprenden con sus giros inesperados. Raras veces –aunque sucede- decepcionan.
Este libro despliega un panorama más diverso y desigual que los anteriores. Cada una de sus seis partes tiene una tónica distintiva. Los poemas narrativos de “Retratos” describen figuras o situaciones. Un cinismo amargo la permea, incidiendo en un tema poco característico en él: lo religioso. En “Primavera en Santurce”, sin embargo, recupera su toque leve, gracioso pero disimuladamente trágico, el existencialismo fundamental de sus mejores poemas.
La factura impecable de los sonetos de esta sección contrasta dramáticamente con lo prosaico y hasta desagradable del contenido (“El halitoso”). Y aparece también –por primera vez- el tema político/electoral de forma particularmente desacertada. La gracia es fácil en esos poemas, especialmente en el paródico “Nuevo lamento borincano”.
El talante se torna reflexivo en las secciones “Atisbos” y “Fracasos”. Son poemas sobre amores pasados y un presente amenazado de muerte segura; sobre la memoria y el ser. Y aparece, sorpresivamente, una ternura inusitada por la niñez, hermosamente formulada en “La esencial natividad”; expresada con leve y deliciosa gracia en “Llamada en el contestador”.
Las cuatro “Décimas” -metro tradicional, si alguno- pertenecen a diferentes etapas de la poesía de Flax. Muy trabajadas, la más reciente, “Décima Florida”, dice así: “Te amo con ese amor/ de la amistad duradera./ Con amor de primavera/ para el invierno peor./ Amor reiterado en flor/ de amapola agradecida./ Viejo amor que no se olvida/ que no necesita verte./ Y te amaré hasta mi muerte,/ es decir, toda la vida.”
La sección más desigual es “Gajes del oficio”. Al lado de poemas extraordinarios sobre el arte y la poesía ( “Un dos tres” resuena con “Lo fatal” de Darío: “Todo eso y más aún: el infinito,/ y la tristeza de que nada es cierto,/ y la certeza de que no está muerto/ el corazón…”) los hay de una gracia burda (“Me llaman desde acá”) y hasta sermoneadores: “Curso corto remedial”.
Cada lector trazará su propia ruta por esta poesía: tiene de dónde escoger. Puede requedarse en las ironías conocidas, amargas y pesimistas; explorar nuevos caminos de inusitada ternura o asomarse al sentimiento contenido tras el ingenio.
Carmen Dolores Hernández*
18 de noviembre de 2012
________________
*
Nacida en San Juan, Carmen Dolores Hernández estudió su bachillerato en el
Colegio Universitario del Sagrado Corazón de esa ciudad; tiene una maestría en
literatura de New York University, un diploma de francés de la Univesidad de
Ginebra y un doctorado en Filosofía y Letras con especialidad en Literatura
Española de la Universidad de Puerto Rico. Después de enseñar brevemente en la
Universidad de Puerto Rico, se dedicó a la crítica literaria en el peridico El
Nuevo Día. Además de escribir artículos culturales y reseñas de libros con
frecuencia semanal desde el 1981, estuvo a cargo de las revistas culturales de
ese periódico, “Foro” y “Letras” (2002 - 2005).Colabora habitualmente en
revistas puertorriqueñas y del extranjero (Estados Unidos, México y Alemania) y
ha publicado los siguientes libros: Manuel Altolaguirre, vida y literatura
(Editorial de la UPR, 1974); De aquí y de allá. Libros de Puerto Rico y del
extranjero (Biblioteca de Autores Puertorriqueños, 1986), Puerto Rican
Voices in English. Interviews with Writers (Praeger Publishers, 1997),
Ricardo Alegría. Una vida (Plaza Mayor, 2002) y A viva voz (Grupo
Editorial Norma, 2008). Ha editado un libro de ensayos sobre literatura
puertorriqueña, Literatura puertorriqueña. Visiones alternas (Centro de
Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 2005) y un volumen que reúne los
cuentos ganadores del Certamen de Cuento de El Nuevo Día, que inició en 1997,
Convocados (2009). Un artículo suyo sobre la escritura de la diáspora
puertorriqueña se incluyó en la obra colectiva Literary Cultures of Latin
America, A Comparative History (Oxford University Press, 2004). Es miembro
de número de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.
(leída en el Colegio de Abogados de PR el 20 noviembre 2012)
Todo poeta, hombre o mujer, obliga a pensar la poesía. Esta obligación está ligada, a su vez, a un mandato: la necesidad de escribir por la que adviene esa peculiar composición de palabras que llamamos el poema. Si la poesía es la recuperación primordial del lenguaje, entonces el poema es la plasmación de una experiencia de vida que rebasa a quien escribe y se encuentra con las múltiples voces que a lo largo de los siglos han ido construyendo el destino del imperativo poético, para valerme de una expresión de Paul Valèry. Y puesto que pensar es también sentir, la escritura transforma la soledad del poeta en las inéditas sensaciones del acto de leer y en una siempre renovada emoción de la inteligencia. De esa manera la poesía pasa a ser una experiencia radical de lo común, por más singular que sea la escucha de quien lea. Digo esto porque las voces que confluyen en el acto poético de Hjalmar Flax parecen girar en torno a un único vórtice: la poética de la soledad. Nada casualmente aparecen, como un destello, estos versos de Alberto Caeiro, el maestro de los heterónomos del gran poeta Fernando Pessoa: Ser poeta não é uma ambição minha. / É a minha maneira de estar sozinho. Son los versos que introducen el poema titulado «Transformaciones» de su último libro, cuya publicación hoy celebramos; concluye con estos versos, los cuales, a mi entender, ponen de manifiesto el tono de su poética: «Mi nombre puede ser otro, / y mis versos…/mis versos son la tinta de un calamar que huye.» Queda, pues, la tinta: negra, sepia, púrpura, pero marcando siempre un gran signo de interrogación sobre el que divaga el poema hasta dar con la dicha, pasajera y fugaz pero indispensable, de la creación. La poesía es lo que nutre la vida y la vida es la dicha de dar con la palabra, con una sola palabra, con una palabra única e irrepetible, por más que sea siempre la misma: «Ah, la poesía, la poesía, a poesía…». El poema es lo que se escribe, y la poética es lo que se deja pensar en medio de esa actividad interminable que sirve aliento al poeta, es decir, la poesía. El conjunto de todo ello hace al poeta. Y puesto que el misterio de las cosas es que las cosas no tienen misterio alguno, para valerme de otro verso de Caeiro, el signo de interrogación no es lo misterioso de la vida sino el secreto a voces del poeta: «El artista no inventa, / descubre lo obvio / y te lo muestra.» La poética de nuestro poeta no reside sólo en el poema, sino también en sus títulos, que con frecuencia son los primeros versos; así como en sus pausas, sus silencios y, muy particularmente, en un sentido de humor corrosivo que tiene como blanco – target – la propia persona del poeta y a la poesía misma. A lo largo de su obra, y en particular en este libro, Hjalmar no cesa de burlarse de sí mismo y de su oficio, es decir, de sus máscaras, ¿pues qué otra cosa es una persona si no es la máscara de las palabras que nombran lo que alguien dice, piensa y hace? En el umbral de la burla y del sarcasmo está su singular manera de tratar lo que sirve de contrapunto a la soledad: la experiencia del amor en sus inclinaciones diversas y variadas declinaciones, como si la súbita huida del calamar no dejase nunca de encontrarse, de nuevo, con la huella amorosa de su tintero, allí donde el hoy es ahora y el ayer un mañana: «Hoy he despertado pasajero / con esa sensación que llega hasta el origen, / y sé por qué Vaughan Williams, / muerto en el siglo XX, / compuso sobre un tema de Thomas Tallis, / muerto en el siglo XVI. / Ahora me acuesto, solemnemente, / con esa saludable sensación. / Y siento menos pena por la falta / de mis amigos muertos./ Hoy amo más porque me importa menos, / por haber caminado calles centenarias / sintiéndome infinitamente mortal.» Por esta razón no es exagerado decir que el corrosivo sentido de humor de nuestro poeta da pie para que trasluzca lo evidente: la profunda conmoción de la precariedad de la existencia. Es así como el desamparo – Hilflossenkeit – que nos acompaña desde la más tierna infancia, se transforma en la memoria de un juguete fotográfico con el que el poeta se regala de nuevo la infancia y, con ella, «la magia de su ignorancia». Decían los epicúreos que «los niños, por las noches, tienen miedo y los adultos, por el día somos presas de fantasmas». Pues bien, se diría que la infancia no nos abandona nunca y que los fantasmas llegan a formar parte de una íntima compañía. La poética de la soledad es muy afín a un escritura que emula el epigrama, y que evoca en mí a un clásico latino del siglo primero de la era común: Marco Varelio Marcial, oriundo de Bilbilis, en la Hispania Tarraconense, la actual Catalayud o Cataluña, y protegido del cordobés Séneca. Como Marcial – entre latinos anda la cosa, por más nórdicos que sean sus nombres –nuestro poeta no deja de urdir los senderos abisales, por los que se desgrana la dúctil madeja coloquial del lenguaje, para espantar el miedo y transformar las fantasmagorías en la dulzura de un amoroso duelo, como por ejemplo en estos concisos, pero ingeniosos versos «¿Qué será peor: / que el amor no tenga futuro / o que el futuro no tenga amor?» Y cuya contrapartida podrían ser estos otros: «Desde que busco aMarte / sólo encuentro la guerra.» Este poema titulado Errata está tomado del libro Tiempo adverso, publicado en 1982, en la ya desaparecida colección Biblioteca Atlántida de Barcelona, que estaba bajo la dirección de una gran escritora nuestra, Giannina Braschi. Fue ahí, en ese libro, donde me topé con el nombre de Hjalmar Flax, hace justamente 30 años. Extraño nombre, me dije; a ver si escribe con la misma extrañeza con la que ha sido nombrado. En efecto, lo raro y lo excepcional es lo que distingue a un(a) poeta. Y me traje su libro de Barcelona y ahora también lo llevo conmigo. También en esa misma colección, el mismo año, publiqué yo mi primer libro de poemas con el título Cronografías. Interesante coincidencia, que el padre Tiempo haya dado ocasión para el encuentro de nuestra común ocupación poética. Por eso me alegra tanto volverle a encontrarle aquí, en estos tiempos, que siguen siendo de penuria, pero también de insospechada abundancia para quien sepa y desee reconocer la ancestral nobleza de la poesía. Me alegra volver a verle y decirle, mientras tanto, con mi admirado Paul Celan, que puesto que el oficio del poeta se hace con las manos, un poema verdadero es como verdadero apretón de manos. En hora buena, poeta.
Francisco José Ramos*
San Juan de Puerto Rico
20 de noviembre de 2012
_____________
*Francisco José Ramos González es doctor en Filosofía y Letras y catedrático
jubilado de la Universidad de Puerto Rico. Es miembro fundador y ex-presidente
de la Sociedad Puertorriqueña de Filosofía y miembro numerario de la Academia
Puertorriqueña de la Lengua Española.
Es un reconocido escritor y conferenciante.
Portal creado
por JIVEFLASH.COM